El cuarto chakra se llama Anahata, que en sánscrito significa «Invicto». Se encuentra en la octava vértebra cervical de la columna frente a la región del corazón.
Al ir más allá del diafragma el chakra Anahata, una persona comienza a reconocer que «el yo» está más allá de la definición. Que está en constante cambio ya que se adapta a un amplio espectro de posibilidades en constante cambio.
El chakra del corazón se asocia con la compasión y la curación, y con esta capacidad se irradia un brillante color verde esmeralda. En su aspecto trascendental, el chakra Anahata es la fuente de luz y amor. El cuarto chakra del corazón puede ser considerado como el regulador de la vida emocional de una persona. Este chakra regula la calidad y la interacción de la alegría, el dolor, el miedo y la ira. Sin embargo, para que estas emociones fluyan adecuadamente el chakra normalmente debe estar activo y en equilibrio con los demás chakras. Si se bloquea de alguna manera, entonces las emociones se distorsionan y la persona se adormecerá no sólo emocionalmente sino también físicamente.
Meditación para armonizar y activar el cuarto chakra Anahata
En la meditación Anahata te pondrás en contacto con esa manifestación de tí mismo que es una función del chakra del corazón. Para empezar la meditación, encuentra una posición cómoda, respira por la nariz y cierra tus ojos.
Pon tu atención en tu cuarto chakra en el centro del esternón. A continuación, lleva la respiración a tu cuarto chakra. En cada inhalación siente más fuerte la energía centrada en el chakra Anahata. Podrás sentir como el calor y la intensidad crece más fuerte en cada inhalación. A medida que aumenta, se visualiza la energía como una bola de luz verde esmeralda. Mantenlo por unos dos o tres minutos.
Siente el amor trascendente, que irradia a través del chakra del corazón y presta atención a cómo te sientes física, emocional y mentalmente. Cuanto más te centres en el corazón, más se sentirá el «corazón místico» de Cristo en ti. Y cómo te rindes a la energía que irradia a través de tu corazón, podrás experimentar la compasión y el amor incondicional por ti mismo, así como por todo los demás.
Mantenlo por unos 10 minutos o hasta que consigas sentirte satisfecho. Ahora retoma la respiración normal y abre los ojos.